martes, 27 de marzo de 2012

ARTE COLECTIVO

En el presente apartado se muestran los trabajos realizados por los alumnos de la Escuela Secundaria General No. 173 "Tratados de Teoloyucan", generación 2009-2012, pretendiendo un acercamiento con el arte colectivo y el uso de la tecnología.




       LA PINTURA MURAL EN LA CULTURA MAYA

Los mayas clásicos desarrollaron, según las regiones, diversos estilos en arquitectura, pintura, escultura y otras artes, en las que desplegaron un alto grado de calidad técnica. La labor de los artistas estivo íntimamente relacionado con las características sociales, culturales y políticas de su entorno. El despliegue ritual era esencial para reafirmar el poder político. Los grandes conjuntos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos servían como escenarios para la actividad ritual y cortesana, la cual involucraba el uso de artefactos lujosos, lujosamente elaborados, tales como vestimenta, adornos personales y otros de uso ritual. Entre dichos objetos, los de lujo también formaban parte de utensilios funerarios, cuyo grado que elaboración reflejaba la categoría del individuo en vida. En buena medida, el arte del periodo clásico se derivó de modelos originados durante el preclásico. Sin embargo fue en el periodo clásico cuando se alcanzaron los niveles más altos de elaboración artística, tanto en las artes monumentales como en los objetos portátiles.

Arte mural
Aunque los restos que han llegado hasta nosotros son muy escasos, la pintura mural del periodo clásico maya alcanzó una gran perfección técnica y una gran calidad artística, logrando un difícil equilibrio entre el naturalismo de los diseños y la gravedad impuesta por el convencionalismo de los temas. Aunque utilizan tintas planas carentes de perspectiva los muralistas mayas supieron crear la ilusión del espacio. Primero trazaban el dibujo en rojo diluido sobre una capa de estuco, después se pintaba el fondo quedando las figuras en blanco y posteriormente se iban rellenando los diferentes espacios con sus respectivos colores. Para sugerir la perspectiva y el volumen recurrían al fileteado de las figuras, la yuxtaposición de colores y la distribución de los motivos en diversos registros de bandas horizontales. Los murales más importantes que se conservan son los del sitio de Bonampak (Chiapas). Las pinturas ocupan la totalidad de las paredes de tres habitaciones de un edificio (790 d.C.). Relatan acontecimientos bélicos que incluyen las ceremonias preliminares a la batalla (cuarto I), la batalla (cuarto II) y el sacrificio final (cuarto III). Existen fragmentos de antiguas pinturas en Uaxactún, Palenque, Coba y Chichén Itzá.




Pintura del Antiguo Egipto
La pintura del Antiguo Egipto fue eminentemente simbólica. La técnica pictórica de los egipcios fue un precedente de la pintura al fresco o témpera, ya que hacían de los pigmentos naturales, extraídos de tierras de diferentes colores, una pasta de color, que mezclaban con clara de huevo y disolvían con agua para poder aplicarlo sobre los muros, revestidos con una capa de tendido "seco" de yeso.
Sus procedimientos fueron el fresco, el temple, el encausto y a veces también el esmalte en joyas, amuletos, escarabeos, estatuillas de respondientes y azulejos de revestimiento en muros interiores. Sus colores fueron vivos y variados en cada escena y las más antiguas pinturas que se conocen fueron polícromas, y de colorido uniforme.
Los egipcios pintaban los bajorrelieves los cuales, por su escasa profundidad, propician la identificación con la escultura y el arte pictórico. A partir de la dinastía IV la pintura sobre los muros de las tumbas es sustituida por bajorrelieves, de la que adopta las principales convenciones. Características generales
La pintura, como todo el arte del Antiguo Egipto estaba sometida a unos cánones o reglas muy estrictas, entre las que destacan:
Canon de perfil: en pinturas y bajorrelieves, las figuras se representaban con el rostro, brazos y piernas de perfil, mientras que el tronco y el ojo estaban dispuestos de frente.
Jerarquía: la representación estaba reservada a las figuras de dioses y faraones en las primeras épocas, posteriormente, también a personajes notables. Las figuras más importantes eran más grandes que las de los demás personajes, y mostraban actitudes hieráticas, ausencia de expresividad, como signo de respeto. El tamaño tenía relación directa con su importancia social, así vemos que el faraón es el personaje más alto en las escenas familiares, donde sus mujeres, hijos, o enemigos son más pequeños; el faraón representado en presencia de los dioses generalmente es del mismo tamaño.
Ausencia de perspectiva: no había profundidad sino posición de figuras. El menor tamaño de algunas no significaba que estuvieran más alejadas, sino que eran menos importantes, simbolizando así su inferioridad.
Colores planos: utilizando el color con tonalidades uniformes, pues no se hacían gradaciones de color ni medios tonos.
Otra convención de la pintura del antiguo Egipto fue el tipo de color: la piel de los hombres era oscura, ocre, mientras que en las mujeres era más clara, ocre claro; Osiris se representaba con el color de piel verde; el oro o su color simbolizaban al Sol, etc.
En los temas ceremoniales, representativos, o en las imágenes del difunto impera el canon de perfil, pero en la época de Amarna, o en los temas de animales, como las famosas "ocas de Meidum", se permiten gran libertad expresiva. Como elementos o motivos de ornamentación, en cualquiera de las referidas composiciones, estuvieron siempre en boga y son típicas en obras de escultura y pintura egipcias las flores de loto y papiro, las grecas y los diferentes roleos o volutas.
La pintura en el Imperio Antiguo
Durante el Imperio Antiguo no es posible disociar el bajorrelieve de la pintura ya que comparten los mismos temas con idénticos propósitos: representar la vida cotidiana y la naturaleza para que ambas puedan ser recreadas en la otra vida en la Duat.
En la Mastaba de Ti (dinastía V, hacia 2450 a. C.) hay diversos bajorrelieves pintados con escenas de trabajos agrícolas, entre ellos el hombre con una burra y su burrito que porta un fardo, o la escena de un esclavo, cruzando un vado, que lleva sobre sus hombros un ternero, y como evidencia de realismo en la pintura de animales, el ternero vuelve su cabeza para llamar a su madre, que marcha detrás.
La pintura en el Imperio Medio
Las decoraciones pictóricas, sobre papiro o el cartonaje de sus ataúdes, narraban, por medio de jeroglíficos, diversas leyendas mitológicas e ideas tomadas del ritual funerario y contenían el retrato del difunto en la zona correspondiente de la cabeza. El ataúd, generalmente de madera, se elaboraba desde la dinastía XI (siglo XXI a. C.) en forma prismática y, posteriormente, antropoide a fin de colocar en él, más ajustada, la momia para la cual se hacía, llevando en su exterior decoraciones semejantes a las de ésta, aunque más profusas.
 La pintura en el Imperio Nuevo
Los asuntos de las pinturas murales decorativas de las cámaras funerarias durante el Imperio Nuevo consistían en relatos mitológicos del Libro de los Muertos y escenas de la vida cotidiana, sobre todo las que más hubieran de servir para manutención, entretenimiento y solaz del difunto en la otra vida, según la creencia de los egipcios.
Con el nombre de Libro de los Muertos, o ritual funerario, se designa los rollos de papiro en que estaban escritas las fórmulas religiosas que les permitieran evitar los peligros de la Duat y alcanzar la inmortalidad. Desde la dinastía XX (unos doce siglos a. C.) se decoraban con dibujos o miniaturas las copias de este libro y era común acompañar a la momia recitando algún fragmento de éstas. Los asuntos de tales miniaturas suelen ser mitológicos y representaciones del juicio de Osiris, figurando el finado y determinados dioses egipcios.
Los referidos usos egipcios y los variados pormenores de su escultura y pintura pueden estudiarse en las magníficas tumbas del Valle de los Reyes y los grandes museos de Europa y, sobre todo, en el Museo Egipcio de El Cairo, donde se exponen multitud de objetos.
Se encontraron diversas representaciones humorísticas y satíricas, de las que destacan las de Deir el Medina. Estas representaciones se dibujaban en ostraca, a excepción de algunas en papiro, como el papiro erótico de Turín. Las sátiras iban desde temas eróticos casi grotescos a políticos, en los que se desafiaba al faraón. Los personajes suelen ser animales, sobre todo gatos, ratones y ocas.
El breve periodo amarniense significó una ruptura excepcional a los cánones de la plástica egipcia, especialmente en lo relativo al tratamiento del retrato.
 La pintura en el Egipto greco-romano
Durante la Dinastía Ptolemaica y en la dominación romana de Egipto hubo manifestaciones pictóricas que se aproximaron a las convenciones del arte helenístico y arte romano, como los retratos de El Fayum.




MOVIMIENTO MURALISTA EN MÉXICO
El muralismo es un movimiento artístico mexicano de principios del siglo XX que se distingue por tener un fin educativo, el cual se consideró esencial para poder lograr unificar a México después de la revolución. Gran parte de estos artistas, debido al contexto que se vivía en la post-revolución, tuvieron una gran influencia de las ideas marxistas por eso, a través de los murales se proyectó, la situación social y política del México post-revolucionario.
Ello fue pensado con fines educativos y era empleado en lugares públicos a los que todo tipo de gente sin importar raza y clase social pudiera acceder. Algunos de los temas eran la conquista, la Revolución Mexicana, la industrialización, los personajes principales de la cultura popular, las tradiciones populares, los caudillos mexicanos, la sociedad civil, los militares, el socialismo, el capitalismo, etc. Estos temas cambian de acuerdo al contexto en que vivían los muralistas. Por ejemplo, se puede decir que los muralistas vivieron tres etapas primordiales: los 20's, los 30's, y la etapa desde los 40's hasta 1955. En cada etapa, tanto los temas como las técnicas van a variar y en este modo el muralismo trataría de encontrar una definición más clara como movimiento. Los muralistas mexicanos trabajaron sobre una superficie de hormigón (concreto) o sobre la fachada de un edificio, pero también, les importó muchísimo la textura y los ángulos en los cuales pondrían a sus murales. En lo que sí eran consistentes, era en los temas que relataban o retrataban: la actualidad social y política del país, los cuales no se desconectaban del viejo legado colonial. Los murales de Diego Rivera hablaban en especial de la revolución, aunque en un principio su meta fue representar a los miembros mayoritarios de México, constituido principalmente de campesinos, indígenas y mestizos.
- Hay murales en la mayoría de los edificios públicos de la Ciudad de México y de otras ciudades, siendo una de éstas Guanajuato, localizada en un Estado muy importante para el país por ser cuna del movimiento de Independencia.
Aunque es considerado un movimiento artístico, el Muralismo también se puede considerar un movimiento social e incluso político.


                Técnicas y Motivos de la Pintura Mural

Los motivos utilizados en la pintura mural han sido muy variados y numerosos, desde los clásicos elementos geométricos hasta los que imitaban labores de sillares o ladrillo, pasando por aquellas ornamentaciones de tipo vegetal, heráldicas, de arquitecturas fingidas, paisajes, o escenas mitológicas, históricas, religiosas o simbólicas, etc. Todo un amplio repertorio iconográfico que satisfacían las necesidades más exigentes de los mecenas y los dueños de las edificaciones.
Las técnicas utilizadas tradicionalmente en la pintura mural han sido la pintura al temple, al óleo y al fresco. Por diversos autores y en diferentes épocas, se ha utilizado una técnica que podríamos llamar mixta. Dicha técnica, no es exactamente de pintura mural, pues el artista trabaja sobre una pintura de caballete, ya sea al óleo o al temple. Una ver terminada, se le quita el bastidor y el lienzo se pega directamente sobre la pared, utilizando para ello cualquier tipo de adhesivo. Del repertorio de pinturas que aparecen en este trabajo, sólo las del Círculo de la Amistad están realizadas con esta técnica, utilizándose el cemento para unir al muro los lienzos. 

Pintura al temple
Es la técnica más utilizada. En éste caso, los colores se encuentran disueltos en agua con aglutinantes, siendo éstos colas animales o vegetales, gomas, casína, dextrina, leche, huevo, cera o jabón. El resultado es una pintura mate.
Según Francisco Pacheco, en su Arte de la pintura, publicado en Sevilla en 1649, su método era el siguiente
"Los colores finos que ahora se gastan y muelen mesclados con olio de linaza, o de nueces, se molían con agua y se echaban en escudillas y, porque no se secasen, los cubrían de agua limpia. El blanco era hecho de una pella de yeso muerto, no de muchos días como el mate, sino duro como el de los modelos; éste servía en las sargas de blanco molido al agua y mezclado con la templa de la cola, o engrudo. El negro era de carbón ordinario, molido al agua. Ocres, claro y oscuro. Los amarillos eran de jalde. Los azules, en cosas de menos consideración, los hacían con añil y blanco oscurecido con el mismo añil, o con orchila echada en agua; y si los azules se gastaban en obras de consideración, o eran cenizas, o segundos finos; y los colorados, bermellón y carmín fino; aunque en las sargas usaban arzacón de la tierra y bañaban con Brasil en lugar de carmín, y el blanco era sólo de yeso muerto y molido, como habemos dicho; pero, en las buenas pinturas, a dos partes de yeso echaban una de albayalde.
La templa del engrudo con que se desataban estos colores era de esta manera: lo más ordinario, la cola o engrudo de tajadas, echado en agua y, en estado tierno, se le daba un hervor al fuego, añadiéndole el agua conveniente para que no estuviese ni fuerte ni flaco (desto no hay regla más que la experiencia); también se puede usar cola de retazo de guantes cocido y colado. con esta templa daban primero al lienzo, o pared, y mesclaban los colores y, para haberlos de gastar siempre, se tenía el fuego a mano, para calentarlos cuando se helaban, en cazuelas pequeñas, particularmente, en tiempo de invierno.
La templa del engrudo con que se desataban estos colores era de esta manera: lo más ordinario, la cola o engrudo de tajadas, echado en agua y, en estado tierno, se le daba un hervor al fuego, añadiéndole el agua conveniente para que no estuviese ni fuerte ni flaco (resto no hay regla más que la experiencia); también se puede usar cola de retazo de guantes cocido y colado. con esta templa daban primero al lienzo, o pared, y mesclaban los colores y, para haberlos de gastar siempre, se tenía el fuego a mano, para calentarlos cuando se helaban, en cazuelas pequeñas, particularmente, en tiempo de invierno.Añado a esto, que si la pared sobre la que se ha de pintar a temple es antigua, y no muy limpia, se mescle con la templa del engrudo una poca de hiel de vaca, o unos dientes de ajos molidos con agua, contra la grasa de la pared; también le podría dar encima una mano de yeso grueso, cernido con cedazo muy delgado, y a los lienzos, si son gruesos, de la misma suerte. Mas, las tablas usaban los viejos después de enervadas, o encañamadas por las juntas, ponerles un lienzo delgado, pegado encima con cola más fuerte y aparejarlas de yeso grueso y mate y, después de muy bien lijadas, pintar en ellas a temple, debuxándolas y perfilándolas sobre el blanco y, luego, metiendo sus colores limpiamente, carnes y ropas con variedad; y oscurecer con sus medias tintas en seco, a la manera de las aguadas, y después ir apretando con los oscuros más fuertes hasta dexarlo en su perfección. Esto se hacía en seco en pared, en lienzos, o sobre tablas, y era lo más usado."
Pintura al óleo
Aunque esta técnica se conocía desde antiguo, no va a imponerse de forma generalizada hasta el siglo XV, relacionándose tradicionalmente su uso sistemático con los Van Eyck. En ésta, los colores empleados son previamente molidos y diluidos en aceite secante, bien de linaza, de nueces o de adormideras. El resultado final es mucho más brillante y luminoso, consiguiéndose efectos de opacidad, transparencias, luces y sombras. Por otro lado, ofrece la ventaja de poder borrar, corregir o modificar lo pintado.
Junto a las indicaciones de como se hacía cada color, Pacheco especifica como ha de tratarse la pared antes de recibir la pintura
"Para pintar a olio sobre pared trataremos, antes, de disponerla y, lo primero, conviene que esté libre de humedad y seco el encalado, de cal o yeso, de muchos días; y, si no estuviere muy limpia, y lisa, sin hoyos ni aberturas, se le podrá dar una mano de cola de retazo de guantes, caliente, con una poca de hiel de vaca, o unos dientes de ajos molidos y, después de seca, plastecer con yeso grueso, muy cernido, todos los hoyos y grietas que tuviere; y habiéndole pasado la lixa, después de seca, se le podrá dar otra mano del mesmo yeso cernido, templado con cola caliente y, estando seco, volver a pasar la lixa y, calentando bien la cantidad de aceite de linaza que basta, con una brocha grande bañarla toda, a lo menos el espacio que se pretende pintar; y, habiendo pasado el tiempo conveniente para embeberse en la pared y secarse bien, si es verano como cuatro días y, si es invierno, diez o doce, se podrá dar una mano de imprimación, moliendo con el aceite de linaza el albayalde competente con un poco de azarcón por secante y sombra de Italia , que no quede muy oscura.
Háse de dar esta primera mano un poco suelta y corriente, pareja y estirada con brocha cortada y no áspera; la cual pared, después de seca, se puede doblar, dándole otra mano con un poco de más cuerpo y menos aceite de linaza y, estando bien seca, y pasándole un paño áspero, se podrá pintar en ella."
Pintura al fresco
Los precedentes de este tipo de técnica se remontan a tiempos de Mesopotamia y Egipto, siendo en época romana donde alcanza su desarrollo técnico. Lo peculiar de esta forma de pintar es que el mortero ha de estar fresco y húmedo y los colores disueltos en agua pura o en agua de cal. De esta forma, al secarse, los pigmentos pasan a formar parte de la superficie. Las ventajas que ofrece son la resistencia, el no causar reflejos y el ser lavable. El inconveniente principal, es su mayor dificultad, ya que los colores se aplicaban sobre el revoco aún húmedo y no permite corrección. En caso de necesidad, las posibles modificaciones se realizaban ya en seco y con pintura al temple, o bien, se picaba el paramento y se comenzaba de nuevo. Por ello, en las paredes, pueden distinguirse las "jornadas", es decir, las superficies pintadas en una sola sesión.
Pacheco, puntualiza sobre diferentes aspectos de esta técnica. Los colores han de ser de "tierras naturales" y los pinceles de "sedas de escobillas, largos y de punta". Sobre la preparación de la pared, añade,
"La pared o muro ha de estar muy seco, fuerte y libre de toda humedad y xaharrado de muchos días; y la cal, con que se ha encalar para pintar, muy muerta, habiéndola tenido en agua dulce más de dos años, mezclada con arena delgada tanto de uno como de otro. Hase de encalar, solamente, lo que se pudiere pintar en un día, estando siempre fresca la cal...
"La pared o muro ha de estar muy seco, fuerte y libre de toda humedad y xaharrado de muchos días; y la cal, con que se ha encalar para pintar, muy muerta, habiéndola tenido en agua dulce más de dos años, mezclada con arena delgada tanto de uno como de otro. Hase de encalar, solamente, lo que se pudiere pintar en un día, estando siempre fresca la cal...
La preparación que se suele hacer antes de comenzar a pintar, acabada de encalar la pared, es bañada con un brocha grande con agua dulce y clara para que se cierren algunas grietas que suele hacer el encalado, antes de debuxar lo que se ha pintar o de estarcir el patrón que se hubiere hecho para el efecto, que es lo más seguro. Y aun algunos tienen delante, no sólo debuxos trabajados pero cabezas pintadas a olio del natural, para que su obra salga mejor; porque debuxar con lápiz sobre la pared y pintar de práctica lo que saliere no es para conservar la opinión ni para cosas de honra.
Después de estarcido o debuxado, se le ha de dar un baño con la cal molida y una poquita de almagra, como un color de carne claro, salvo donde ha de haber azul o verde, que allí se puede usar de cal sola; y comenzar a meter sus varios colores, haciendo las templas sueltas, porque encima de esto se van gastando bien las segundas tintas, como quien da aguadas."

Cuando el vehículo empleado para fijar el pigmento es, en la mayoría de los casos, goma arábiga y el solvente es el agua. Las acuarelas son pigmentos muy finamente molidos y aglutinados en goma arábiga, que se obtiene de las acacias. La goma se disuelve fácilmente en agua y se adhiere muy bien al papel (soporte por excelencia para la acuarela). La goma además actúa como barniz, claro y delgado, dando mayor brillo y luminosidad al color. En un principio la goma arábiga se usaba sola, pero más tarde se añadieron otros componentes para retrasar el secado y añadir transparencia. La acuarela requiere del artista seguridad en los trazos y espontaneidad en la ejecución, ya que su mayor mérito consiste en la frescura y transparencia de los colores.
Al gouache o "aguada" se le llama también "el color con cuerpo". Es una pintura al agua, opaca, hecha con pigmento molido menos fino que el de las acuarelas, y por ello es menos transparente. Al igual que la acuarela, su medio —o aglutinante— es la goma arábiga, aunque muchos gouaches modernos contienen plástico. El medio está ampliado con pigmento blanco, que es lo que lo hace más opaco, menos luminoso y menos transparente que la acuarela, pero a acambio los colores producidos son más sólidos.
En esta técnica se usan pinturas acrílicas en aerosol o sprays, además de esmaltes, ya que con este método la pintura se vuelve más delgada.
Cuando el vehículo usado son diversos materiales sintéticos que se diluyen en agua. La viscosidad puede ser tan alta como en el óleo (la presentación también, ya que vienen en tubos). Hay artistas que prefieren la pintura acrílica al óleo, ya que la trementina, solvente del óleo, desprende vapores tóxicos. Se podría decir que es un sustituto moderno al óleo, y como muchas innovaciones tiene sus ventajas y desventajas, una de ella es el corto tiempo de secado que posee a diferencia del oleo.
Los pasteles son pigmentos en polvo mezclados con la suficiente goma o resina para aglutinarlos formando una pasta seca y compacta. La palabra pastel deriva de la pasta con la que se elaboran estas pinturas. Esta pasta se moldea en la forma de una barrita del tamaño aproximado de un dedo, que se usa directamente sobre la superficie al trabajar (generalmente papel o madera). Son colores fuertes y opacos cuya mayor dificultad es la adhesión del pigmento a la superficie al pintar, por ello suelen usarse al finalizar el dibujo fijadores atomizados (spray) especiales. El pastel generalmente se usa como el "crayón" o el "grafito" (lápiz), y su recurso expresivo mas afín es la línea con la cual se pueden hacer tramas. También suele usarse el polvo que tiende a soltar el pastel (semejante al de la "tiza") para aplicar color.
Cuando el aglutinante es una emulsión, generalmente de yema de huevo, agua y aceite. Tradicionalmente se mezcla la yema con el agua y el aceite, pero también se puede formar una emulsión con harina e incluso con yeso. Grandes obras maestras como por ejemplo El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli se han realizado utilizando la técnica del temple al huevo.
A menudo el término fresco se usa incorrectamente para describir muchas formas de pintura mural. El verdadero fresco es a las técnicas pictóricas modernas lo que el Latín es a los idiomas modernos. La técnica del fresco se basa en un cambio químico: los pigmentos de tierra molidos y mezclados con agua pura, se aplican sobre una argamasa reciente de cal y arena, mientras la cal está aún en forma de hidróxido de calcio. Debido al dióxido de carbono de la atmósfera, la cal se transforma en carbonato cálcico, de manera que el pigmento cristaliza en el seno de la pared. Los procedimientos para pintar al fresco son sencillos pero laboriosos, y consumen muchísimo tiempo. En la preparación de la cal se tardaba dos años
La presentación de la tinta, también llamada "tinta china", es generalmente líquida aunque también puede ser una barra muy sólida que debe ser molida y diluida previamente. Se usa sobre papel, y los colores de tinta más empleados son el negro y el "sepia", aunque actualmente se usen muchos otros más. La tinta se aplica de diversas maneras, por ejemplo con plumas o plumillas que son más adecuadas para dibujo o caligrafía, y no para pinturas. Las diferentes puntas de plumillas se utilizan cargadas de tinta para hacer líneas y con ellas dibujar o escribir. Otro recurso para aplicar la tinta es el pincel, que se maneja básicamente como la acuarela y que se llama aguada, no obstante la técnica milenaria llamada caligrafía o escritura japonesa también se realiza con tinta y pincel sobre papel. Otras formas más utilitarias de usar la tinta es en tiralíneas (cargador de tinta) o rapidograph. La tinta junto al grafito son más bien técnicas de dibujo.
La tinta neutra es una técnica frecuente en la restauración de pintura mural. Se utiliza cuando el restaurador se encuentra con grandes pérdidas y desconoce como era el original. Consiste en aplicar un color uniforme en la zona perdida, que no moleste en exceso y que entone con el colorido general de la obra.
 Flammagrafía
La flammagrafía es una nueva técnica descubierta por Vicente Fernández Martínez, Valladolid, hace 37 años; Consiste en pintar los cuadros a través de una llama de fuego. El termino viene del latín FLAMMA: LLAMA y del griego GRAPHOS: GRABADO. Este término fue puesto por el critico de arte de la cornisa Cantábrica D. Vicente Cobreros Uranga. Vicen, conocido asi artísticamente, ha expuesto en gran parte de de la geografía española, incluso en París. Algunas exposiciones han sido presididas por eminentes personajes como el Marqués de Lozoya.
Técnicas mixtas
Cuando se emplean diversas técnicas en un mismo soporte. El collage, por ejemplo, es una técnica artística (no pictórica por no ser pintada), se convierte en una técnica mixta cuando tiene intervenciones con gouache, óleo o tinta. Como muestra de sus posibilidades artísticas, se cita la Técnica introducida por el pintor Carlos Benítez Campos desde principios de siglo, la cual consiste en pintar al óleo un acontecimiento cualquiera de la época, sobre el papel pegado de las noticias en prensa que lo publican.
Sería conveniente distinguir entre "procedimiento pictórico" y "técnica pictórica". Se entiende por procedimiento pictórico la unión de los elementos que constituyen el aglutinante o adhesivo, y los pigmentos. La forma de aplicar ese procedimiento pictórico se denomina "técnica pictórica". El Décollage designa a la técnica opuesta al collage.

BIOGRAFÍA Y OBRAS DE MURALISTAS MEXICANOS

David Alfaro siqueiros





Diego Rivera







Jorge González Camarena






Rufino Tamayo